Diseño con intención: por qué tu estilo de vida debe guiar el diseño arquitectónico

PARTE 1

Con el paso de los años y la experiencia acumulada en el estudio, he confirmado algo que parece obvio, pero rara vez se aplica con la profundidad necesaria: el verdadero diseño arquitectónico no comienza con muros ni techos, sino con las personas que van a habitar el espacio. Sus rutinas, dinámicas familiares y necesidades específicas deben ser el punto de partida.

Lamentablemente, es común ver proyectos residenciales de gran escala, firmados por despachos reconocidos, que al momento de ser vividos presentan errores fundamentales. ¿La razón? Se diseñan desde una fórmula, no desde la vida real de quienes los habitarán.

Uno de los casos que recibimos recientemente fue una casa de más de 1,300 m². Una propuesta arquitectónica impecable en lo visual, pero con serias deficiencias funcionales. Los propietarios disfrutan recibir invitados y contar con un chef, pero el diseño original no contemplaba una cocina adecuada para el personal, ni espacios apropiados para su operación. En su casa actual, el equipo debe comer en su habitación mientras los dueños atienden a los invitados. Este tipo de detalles, en una casa de este tamaño, se convierten en grandes problemas cotidianos.

Nuestra intervención consistió en rediseñar las áreas clave, respetando la arquitectura exterior pero involucrándonos a fondo en el estilo de vida de la familia. Redefinimos flujos, reorganizamos las áreas de servicio y diseñamos soluciones personalizadas, incluyendo mobiliario a medida para mejorar la funcionalidad y reforzar la intención de cada espacio.

Diseñar con intención significa eso: transformar una manera de vivir en una experiencia espacial coherente, eficiente y bella. Porque la arquitectura no es únicamente lo que se ve, sino —sobre todo— cómo se vive.

Si estás por diseñar tu casa, no pienses solo en planos ni acabados. Piensa en cómo quieres vivir. Y busca un equipo que sepa escuchar, interpretar y diseñar desde esa visión.

Tu casa es el espacio más importante de tu vida: tu refugio.

AM